lunes, 25 de febrero de 2019

Dicotomía del Ocaso.

Tras los infundios contra mi ser social-sociable tuve que alejarme a mis dulces aposentos, ya que no soportaron ninguno de ellos en ningún momento la fiereza antisocial de mis actos, esgrimidos por una sedación sofocante y una necesidad primaria de transgredir la norma. NO AGUANTARÍA NI HABRÍA AGUANTADO LAS MÁSCARAS NI UN MINUTO MÁS, ni esas normas morales ni de supuesta compostura tan sólo por "caer bien" y "ser educada".
Finalmente la Dama de Hierro fue trágicamente atacada, cosa que se olía, y en el camino sola se encontró, Todo esto se refiere al ocaso y a las siguientes transformaciones, como Nietzsche auguró en su magnánima obra "Así habló Zaratustra". Esto es tan sólo un esbozo ínfimo de lo que realmente significa esta historia que refleja el espectáculo y la especulación del mismo espejo.
Los frutos deben ser recogidos mientras nacen, y no esperar, TÓMALOS, GÓZALOS YA.

Mi decisión fue cambiar al menos durante un tiempo los regímenes de orden, mi batería vital, buscar mi inspiración y mi reposo eran prioritarios, pero la podredumbre externa seguía enviándome su pestilencia. Mi pesar y mis razonamientos posteriores fueron lo realmente extraño y quizás positivo de esta y otras experiencias.

Siempre al final del invierno y casi al comienzo de la primavera, época mágica de renacimiento, me ocurren cosas así, sufro estas situaciones, experiencias e incertidumbres personales. El ocaso o la bajada a los infiernos es necesaria en mi ser para el RENACER Y LA REVOLUCIÓN, que se darán en la Noche de Walpurgis.


Si el reposo y el ostracismo  me hacen reconectar conmigo...quizás no sea tan negativo después de todo. Permanente cambio queridas. Así debe ser. Que las aguas se calmen para que de nuevo el río pueda seguir fluyendo. Que se derrita el iceberg, para que así las aguas sean libres, y los laberintos inexplorados vibren con el desconcierto ajeno...

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