Realmente sólo espero la desolación y autodestrucción de la raza y civilización humanas. Sólo tengo fe y esperanza en que este postrer día no tarde mucho más, que no vuelva a repetirse el ciclo una vez más, y que no ocurra ni en otras realidades paralelas, que jamás exista una especie tan pésima y asquerosa como la humana, degenerada por imitación y destructora por resentimiento e ignorancia.
Que los días en este hermoso planeta acaben para los componentes de este género homínido, rata de laboratorio y juguete experimental de dioses todopoderosos, que se ríen de nuestra genética desde sus naves y satélites interestelares.
El desierto, la desolación de las ciudades, los maremotos y otras catástrofes acabarán con nuestra cultura, especie y prole, y borrarán nuestra huella insignificante de la faz del Cosmos.
Caerán en el recuerdo las grandes estructuras de épocas pasadas, y cualquier resquicio de la humanidad, como castigo del mismo planeta que destruimos día a día.
Cuando esto ocurra ni una élite quedará, pero me encantaría vivir en esa soledad extrema, sin una raza inferior de hombres y reunirme con la Madre Tierra en mis últimos días de pensamientos abstractos y autodescubrimiento.
Sin humanos, sin humanidad, sólo polvo y gas, sólo unión con la Nada, y con el abrasador astro que nos calienta cada vez más hasta convertirnos en lo que somos, seres vacíos de cuerpo y alma.
Si este será el futuro sería justo y necesario, pero yo me uniré con los astros más superiores de alguna forma igual o distinta, con los creadores de sombras y pesadillas, con máquinas de destrucción, pero una destrucción sublime que genera movimiento en este Universo, y no la destrucción tonta de los humanos, que se queda en ellos mismos...
Tras el futurismo y los avances es lo que nos espera, destruir nuestro hogar como muchas secuelas han mostrado, y el planeta volverá a repoblar lo despoblado, y la flora será gigantesca y más fuerte que nunca, y los horrores del pasado remoto y los antiguos dioses y criaturas volverán, y tras eones y milenios quizás aparezcan otros dioses del espacio, otros humanos o humanoides y se repetirá el ciclo eternamente, como siempre ocurrió...
Que los días en este hermoso planeta acaben para los componentes de este género homínido, rata de laboratorio y juguete experimental de dioses todopoderosos, que se ríen de nuestra genética desde sus naves y satélites interestelares.
El desierto, la desolación de las ciudades, los maremotos y otras catástrofes acabarán con nuestra cultura, especie y prole, y borrarán nuestra huella insignificante de la faz del Cosmos.
Caerán en el recuerdo las grandes estructuras de épocas pasadas, y cualquier resquicio de la humanidad, como castigo del mismo planeta que destruimos día a día.
Cuando esto ocurra ni una élite quedará, pero me encantaría vivir en esa soledad extrema, sin una raza inferior de hombres y reunirme con la Madre Tierra en mis últimos días de pensamientos abstractos y autodescubrimiento.
Sin humanos, sin humanidad, sólo polvo y gas, sólo unión con la Nada, y con el abrasador astro que nos calienta cada vez más hasta convertirnos en lo que somos, seres vacíos de cuerpo y alma.
Si este será el futuro sería justo y necesario, pero yo me uniré con los astros más superiores de alguna forma igual o distinta, con los creadores de sombras y pesadillas, con máquinas de destrucción, pero una destrucción sublime que genera movimiento en este Universo, y no la destrucción tonta de los humanos, que se queda en ellos mismos...
Tras el futurismo y los avances es lo que nos espera, destruir nuestro hogar como muchas secuelas han mostrado, y el planeta volverá a repoblar lo despoblado, y la flora será gigantesca y más fuerte que nunca, y los horrores del pasado remoto y los antiguos dioses y criaturas volverán, y tras eones y milenios quizás aparezcan otros dioses del espacio, otros humanos o humanoides y se repetirá el ciclo eternamente, como siempre ocurrió...
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