Se acerca mi amado invierno, quizás lo único que amo... Soledad, decadencia, frío, muerte y regeneración. Paseos terrenales por los viejos bosques decrépitos, dejando atrás las sombras de mis miles de existencias. Acabar y volver a empezar, escalando altas montañas de extrañas divagaciones de mi sulfurante psiquismo, y al mismo tiempo bajar a los insondables e insospechados abismos del terror y la sombra donde habitan los seres prodigiosos y mortuorios...
Nuevas eras y ciclos, y yo en la espiral aberrante de mi Nous psicodélica, Eris y Moria ya no me vigilan y Fenrir y Fafnir me admiran...
El adiós es el hasta siempre de la rueda del Nunca...
Sufriré y seguiré engañándome, porque de eso trata este juego universal, carnal y terrenal, esta vida y otras más mundanas y animales.
Soy un dios exiliado.
Nuevas eras y ciclos, y yo en la espiral aberrante de mi Nous psicodélica, Eris y Moria ya no me vigilan y Fenrir y Fafnir me admiran...
El adiós es el hasta siempre de la rueda del Nunca...
Sufriré y seguiré engañándome, porque de eso trata este juego universal, carnal y terrenal, esta vida y otras más mundanas y animales.
Soy un dios exiliado.
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